Rocky Mountains - Denver



Llegué a Denver en la noche a un hotel en las afueras de la ciudad, no había mucho en los alrededores, solo un par de restaurantes y hoteles. Entré al bar del hotel a preguntarle a la gente que estaba ahí cómo llegar al parque de las montañas rocosas (sin tener vehículo), lo cual ninguno sabía y me recomendaban rentar un auto, ya que quedaba bastante retirado. Aprovechando el internet del hotel entré a couchsurfing y encontré en eventos un grupo de 3 personas que iban para el parque al siguiente día, me quedaba perfecto. Los contacté y me quedaron de recoger en el hotel al siguiente día temprano.
Muy temprano me llamó el dueño del carro a decirme que las otras personas habían cancelado, si yo aún estaba en pie, lo cual dije que sí. Me gusta la sensación de misterio de viajar con un desconocido que nunca he visto si quiera, de una u otra forma él está confiando en mi sin conocerme y yo también. Couchsurfing tiene un sistema de reseñas que permite “conocer” un poco a la otra persona y como le ha ido con otros viajeros, para la mayoría de viajeros esto es suficiente. Era un tipo de Egipto, que estaba en Denver por motivos laborales y tenía ese fin de semana libre, coincidimos en destino y días.
En el camino paramos a comprar algunas cosas para el parque, ya que adentro no se consigue nada. Yo me baje a comprarlas, mientras el esperaba, pero se le olvidó mencionar el pequeño detalle de que por su religión no consumía carne ni alcohol, que debí haber preguntado. Se molestó un poco pero a la final no puso problema en solo comer maní con pan y agua, era un buen tipo. El camino fue largo pero afortunadamente yo tenía mis cervezas más las que el no se tomó. Su música era un poco aburrida y pensó que por ser latino me gustaba el reggaetón y la bachata. A la final fue mejor escuchar el sonido del viento junto con el motor del carro mientras hablábamos. Era un tipo conversador, a pesar de ser bastante conservador, tenía un humor negro entretenido y el viaje se hizo ameno. Me gustó que a pesar de ser un religioso estricto, jamás tocó temas religiosos ni empezó a hablar de dios. 

Llegamos alrededor de medio día a la entrada este, el parque es demasiado grande y se requiere mucho más de un día para conocer todos los senderos y lugares. Está dividido en 5 regiones, de las cuales la más concurrida es la 4 conocida como el corazón del parque, y fue en la que nos concentramos. En esta se encuentra el lago del oso, el lago esmeralda y el pico hallet. Otro lugar popular es el gran lago, pero queda al otro extremo del parque por la entrada oeste y no alcanzábamos a ir. La conducción desde la entrada hasta el centro de visitantes se puede complicar un poco porque tiene carreteras muy angostas y es necesario un conductor ágil. 

En el centro de visitantes hay tienda, restaurante y parqueadero, se puede subir una montaña cercana desde donde se puede ver 360° el lado este del parque, pero depende de que tan despejado este. Desde ahí se debe tomar un bus para decender hasta el corazón del parque. Desde el paradero del bus, a unos pocos minutos de caminata por entre el bosque está el lago del oso, que es el típico de las postales de rockies. El clima era perfecto, un frío ideal, similar al de las noches Bogotanas. Los paisajes son demasiado hermosos, con colores pastel verdes, azules y amarillos. El ambiente es demasiado intrigante, a pesar de ser calmado, no da esta sensación, si no como si algo estuviera a punto de pasar. No ventea entonces las ramas de los árboles no se mueven, el agua de los lagos está quieta, no suenan animales, como si todo estuviera congelado. Una que otra persona arruina el silencio del lugar con algún grito o algo, pero en general había pocos visitantes, en especial en el sendero hacia el lago esmeralda, solo había una pareja con la que nos cruzábamos en el camino. 


En el lago del oso había una roca gigante en voladizo en la cual paramos almorzar, yo me preparé unos sanduches y el comió más maní con pan. Luego seguimos hacia el lago esmeralda, para lo que se necesitaba un trecking más largo. En el camino los paisajes seguían siendo hermosos, había pequeños lagos, ríos y cascadas.




El lago esmeralda recibe su nombre por su color y ahí mismo queda el pico hallet, al cual se requiere más tiempo para subir.
El paisaje era perfecto y daban ganas de quedarse contemplándolo mucho más tiempo pero había que volver antes de que partiera el último bus de regreso.
Salimos del parque cuando ya estaba empezando a caer la tarde, a la salida dos chicas estaban pidiendo aventón y las llevamos. Ambas parecían menores de 20 años, pero sorprendentemente una tenía casi 30 y tres hijos. Lucía como la típica hippie de carretera, mona con dreadlocks y vestido de colores psicodélicos. Trabajaba en un dispensario, vendiendo productos que ella misma cultivaba y procesaba. El egipcio quedó en shock al oír que una mamá de 3 niños pequeños trabajaba vendiendo marihuana, pero no dijo nada. Colorado es conocido por ser uno de los estados en donde la marihuana es legal para efectos medicinales y recreativos, está bastante reglamentado todo, únicamente se puede comprar en dispensarios autorizados, no admiten la entrada a menores de edad y no se puede consumir en sitios públicos. Tienen un impuesto muy alto y las ganancias por estos impuestos se utilizan para invertir en educación, por ejemplo construcción de colegios. La otra chica estaba de visita donde la mona y era de las que piensan que en Colombia todos estamos en taparrabo. Me preguntaba si teníamos acceso a internet y si conocíamos las redes sociales como Facebook. No compartieron mucho con nosotros porque se dirigían Hacia Boulder, por lo que se bajaron en el desvío y nosotros continuamos hacia Denver.
Llegamos Denver bastante tarde y el egipcio me hizo el favor de dejarme en el hotel donde tenía mis maletas. Estuve muy agradecido por la conducción y por el viaje, si no hubiera sido por él se me hubiera complicado un poco la ida y probablemente no hubiera alcanzado a conocer mucho. Yo me había hecho reserva para cambiarme a un hostal más cerca de la ciudad pero era casi media noche y no había transporte público hasta allá, así que me toco pedir un taxi. Cuando llegue al hostal había una nota en la puerta diciendo que me estuvieron esperando y al ver que no llegaba me dejaron la clave del wifi y me habían enviado un correo con indicaciones para poder entrar. Lo cual fue un plan ingenioso, pero tenía el celular descargado, así que no pude ver tal correo. El hostal era una casa, no se veían luces encendidas, pero si ruidos en el patio trasero fui atrás y vi a unos jóvenes. Una de ellos me llamó por mi nombre, lo cual me sorprendió al principio y no entendía nada, pero luego dijo que era la recepcionista del hostal que había acabado de dejar la nota porque iba de salida junto con unos huéspedes por unas cervezas. Deje mi maleta y me uni a ellos. Eran 4 alemanes que habían rentado una camioneta para conocer todos los parques nacionales, un tipo de florida que se vestía y hablaba como vaquero, una coreana y una amiga de la recepcionista. Era un barrio residencial, por lo cual estaba demasiado vacío a esa hora pero a 7 cuadras mas o menos se encontraba un pub donde vendían cerveza artesanal.


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