Quito
Cuando llegamos a la
frontera Colombia-Ecuador nos informaron que estaban en paro en la provincia del
Carchi y que tal vez no había transporte. Nos arriesgamos a cruzar y
apenas entramos nos ofrecieron llevarnos 2 motos a Tulcán por $10,
lo cual era una cantidad exagerada aún para estar en paro. Una
pareja ecuatoriana nos sugirió caminar hasta la “y” que ahí
estaba el bloqueo, ellos venían de allá. Caminamos aproximadamente
40 minutos y efectivamente en la “y” estaba la barricada con
llantas y taxis parqueados. Al cruzar un carro a escondidas nos
ofreció llevarnos hasta el terminal, para entonces ya había
oscurecido, no se si era por el paro pero no había nadie en las
calles, ni carros, parecía un pueblo fantasma. Llegamos a la
terminal y ahí si que había gente aglomerada, efectivamente no
había nada de transporte en la provincia y el paro era indefinido.
En ese terminal no había ni bancas, había mucha gente de pie,
sentada en el piso, mamás con niños de brazos, personas con
cantidad de maletas y no se sabía nada de la duración del bloqueo.
Empezaron a aparecer camionetas que ofrecían llevar pasajeros hasta
Ibarrra por trochas para evitar los bloqueos de la vía, pero a $20
USD, pocas personas se subieron. Un ecuatoriano tuvo la iniciativa de
hacer un grupo de más de 10 personas y así le podíamos decir a un
camión que nos llevara y cobrara más barato. Habló con algunos
pero ninguno aceptó, finalmente encontró a alguien que llamó un
camión grande y ya venía en camino, mientras tanto ya eramos más
de 30 personas haciendo fila. Cuando por fin llegó el camión nos
negoció $7 hasta Ibarra, pero que no garantizaba llegar, entonces $5
hasta donde pudiera llegar. La gente local estaba un poco
desconfiada pero a la final aceptamos y nos montamos, para entonces
ya había más de 30 personas y no cupieron todos en el camión, a
pesar de que la mayoría íbamos de pie. La mayoría eramos
colombianos, varios venezolanos y algunos ecuatorianos, todos unos
personajes. En medio de la trocha íbamos bastante incómodos y
apretados pero nos fuimos conociendo un poco.
¿Usted que viene a
hacer a Ecuador? Buscar Asilo político, me amenazaron cuando salí
de la cárcel en Colombia. Ah, ¿y eso por qué estuvo en la cárcel?
Me acusaron de porte ilegal de armas y homicidio culposo, pero soy
inocente, dure 10 años encerrado, lo perdí todo, mi hija ya no me
reconoce, mi esposa tiene otro marido, ahora tengo demandado al
estado y debo salir del país. Querían destruirme y lo lograron,
mientras que los verdaderos culpables están protegidos. La
“justicia” no merece ese nombre si las leyes las escriben los
mismos que están en el poder porque sus leyes lo único que buscan
es protegerlos, que sigan siendo poderosos y la forma de lograrlo es
culpando a los desprotegidos, somos víctimas fáciles. Tal vez nunca
aprendamos a vivir como seres humanos o quizás nunca ha existido
sentido de humanidad, eso de empatía y solidaridad es pura mierda.
Bueno, ¿y tú de
dónde eres? De Ecuador. Pero si el acento paisa se lo nota de lejos
! Jajaja si, es jodiendo, lo digo porque ya tengo nacionalidad
ecuatoriana pero soy de Pereira. ¿ Que tal el trabajo en Ecuador? ¿
Si se gana bien? La verdad no sé, me mantienen. Mi marido es de acá
y el me da todo, tiene un bar y una discoteca que son buen negocio.
He vuelto por eso, para divorciarme y quitarle la mitad de todo, es
una especie de venganza, no es que no lo quiera, pero pues necesito
más el dinero, en Colombia me esperan mis 4 hijos.
Cada personaje tenía
su propia historia y todas muy entretenidas, pero no había pasado ni
una hora de viaje y el camión se detuvo. Nos dijo que ya no podía
avanzar más que todos para bajo, la gente que conocía decía que no
habíamos avanzado nada, estábamos en una vereda en la montaña a
media noche, no nos podía dejar ahí tirados. Dijo que bueno, que si
podía avanzar, pero que le pagáramos primero, nos hizo bajar a
todos e iba dejando subir a medida que cada uno pagaba los $5. El
ambiente se puso un poco tenso, pero siguió avanzando por entre la
trocha. No veíamos nada por que la carpa nos cubría y aparte se
levantaba mucha tierra, pero sentíamos que el camión llegaba hasta
un punto y daba reversa, luego avanzaba hasta otro, reversa otra vez
y hacia la dirección contraria. Alguien tenía GPS y decía que no estábamos avanzando, pedimos que el del GPS se fuera adelante con el
conductor, pero no dejó. Siempre decía que hasta ahí fue, que ya
no podía avanzar, pero no nos bajábamos porque ya le habíamos
pagado los $5. La gente se empezó a desesperar, había un man que
medía como 2 metros, le decíamos el chiquitin, que propuso muy
seriamente: “bajemos al conductor y amarramos a ese hp, ¿ Alguien
sabe manejar camión?” Todos empezaron a gritar y a insultarlo, o
que nos devolviera el dinero.
Finalmente avanzó
un poco más y salimos a la carretera, era la vía panamericana, se
detuvo abrió las puertas del camión pero lo siguieron insultando y
nadie estaba dispuesto a bajarse. ¿Que no se quieren bajar? Con las
puertas abiertas aceleró a fondo y la gente del borde se calló a la
carretera con con puertas y todo. ¡Espere! Déjenos bajar aunque sea
las maletas. No le importo ni los niños ni las mujeres con bebés en
brazos. Quedamos a las 2 de la mañana tirados en medio de la
carretera sin tener ni idea de dónde estábamos, empezamos a caminar
con linternas y llegamos a un “pueblo” súper pequeño que no
tenía ni plaza. Ahí el grupo se dividió, la mayoría siguió
caminando y como 10 personas paramos a descansar y si pasábamos la
noche ahí o seguíamos. En esas pasó un borracho y la pereirana le
preguntó si había un sitio en dónde pasar la noche, a lo cuál el
respondió que en la casa de él, sin aclarar que solo la recibía a
ella. El nos dijo que estábamos cerca de un pueblo más grande y que
ahí estaba el bloqueo principal, así que decidimos avanzar hasta
allá. Las más preocupadas eran unas rolas que no hablaban mucho con
nadie, solo lloraban, a ellas les fue peor porque el camión les
cobró por anticipado y pagaron $15 cada una e igual terminaron
tiradas en la carretera en la madrugada, al menos eramos un buen
grupo y no estábamos solos. No se de dónde pero alguien saco un
pollo asado con papas, lo cual nos calló como anillo al dedo para
esa caminata, no era muy exigente, pero si había muchas subidas y
bajadas y ya estábamos cansados. Finalmente llegamos al bloqueo
principal donde empezó el paro, había muchos camiones, tractomulas
y maquinaria amarilla, la gente estaba tomando alrededor de fogatas y
barricadas. Nos aconsejaron no seguir caminando porque a esa hora era
peligroso el siguiente tramo, así que nos tocó hacer una fogata y
tratar de dormir un poco hasta que amaneciera para continuar.
Al amanecer
empezamos caminar, afortunadamente en bajada, había una fila de
carros particulares y buses larguíma, duramos casi media hora hasta
acabar la fila y encontrar un bus que se devolviera y nos llevara
hasta Ibarra. Se demoró en arrancar el bus porque estaba esperando
llenarse, todos caímos profundos y nos despertaron en Ibarra. Un
rolo metacho también iba para Quito a un concierto, así que cojimos
bus con él y estuvimos conociendo Quito.
El monumento de la
mitad del mundo no queda exactamente en la mitad y tampoco se puede
mostrar el efecto coriolis, así que es un poco decepcionante. Sin
embargo es admirable que en la época en que lo construyeron se
hallan acercado tanto y hay varios experimentos que si se pueden ver,
también se puede ir al real que queda en una montaña.
Muy cerca de Quito
hay un pueblito que está ubicado dentro del cráter de un volcán,
es increíble. Venden varios recorridos turísticos para ir allá
pero son muy costosos para lo que ofrecen y además es posible ir
por cuenta propia en bus o carro compartido, si hay varios.
Las calles del
centro son muy empinadas, coloridas, caóticas, hermosas. Nos
demorábamos mucho encontrando una dirección y también resultábamos
demasiado cansados de caminar por todas esas subidas, pero vale la
pena conocer.