Chocó


Lo primero que me dijeron fue que quedaba lejos, que no había electricidad, ni Internet, ni señal de teléfono...era justo lo que necesitaba. Precisamente por eso la comunicación era difícil, para recibir la respuesta de un correo tocaba que alguien fuera a la playa, mínimo una semana de espera. Después de algunas semanas logramos cuadrar una fecha de llegada y me dieron una lista de alimentos para llevar, ya que el pueblo más cercano quedaba lejos, por lo cual prácticamente sólo se conseguía lo que se producía en la reserva y una que otra cosa en la playa de Triganá. 
En la terminal de Medellín espere unas 4 horas y me había quedado de encontrar con 2 chicas que también iban para la reserva. Tomamos el bus directo a Turbo de las 10 de la noche, apenas para alcanzar a llegar a las lanchas hacia Triganá que salían a las 8 am. En el camino hubo algunos retenes de policía militar, el más gracioso fue cuando se subieron a pedir identificación a todos los pasajeros puesto por puesto, cuando llegaron a los que estaban en diagonal mío:
- Identificación por favor
- mmm, no no ispanol
- pasport please
- umm, no no intender
- do you have any document?
- …
- se bajan del bus por favor
y se bajaron jajajajajaja.
En el bus, como siempre, el aire acondicionado a toda potencia y todo el mundo congelándose, con chaquetas y abrigos mientras afuera no bajaba de los 30°C. Por esa política de que si alguien muere dentro, se conserve el cuerpo hasta el destino. Llegamos a turbo poco después del amanecer, el viaje se me hizo super corto y sentí que casi no había dormido, me baje tan dormido del bus que dejé la mochila en donde llevaba la comida. Me di cuenta cuando el bus estaba a pocas cuadras y arranqué a correr detrás en chancletas y gritando. Al cabo de un tiempo una moto me vio y empezó a pitarle al bus hasta que logró que se detuviera. Mientras tanto las 2 chicas no se habían dado cuenta de qué había pasado ni de yo que me había hecho. Nos dirigimos al puerto en donde compramos los tiquetes de la lancha y fuimos a desayunar. No sé por qué a alguna gente se le hace extraño tomar cerveza en la mañana, después de un largo viaje, de no haber dormido bien y con el calor que hace sentir el cuerpo pesado, es la mejor manera de iniciar el día. Después nos dimos por enterados que no solo había que comprar los tiquetes de la lancha, si no pagar exceso de equipaje por cada kilo y adicionalmente un impuesto para entrar al puerto, pero al menos el puerto y las lanchas estaban bien organizados y limpios. 

 A pesar del mar picado pude dormir un poco, la lancha se dirigía hacia Capurganá, nosotros nos teníamos que bajar antes en bahía Triganá. El muelle es hermoso, el mar de 3 tonos de azul, la arena fina y brillante, la vegetación de un verde ácido se come la playa. Hay un par de hostales y restaurantes pequeños en la playa, nada de edificios ni hoteles ni piscinas artificiales, la naturaleza se veía en paz. Mi operador no tenía cobertura, pero ya nos estaban esperando para recogernos. Antes de iniciar a caminar paramos un rato para repartir el peso de las mochilas y distribuir lo que había subir. La caminata se hizo pesada por el peso que cargábamos y el bochorno, pero a la final la distancia no era tanta, después de casi hora y media llegamos a la reserva. El viaje desde Bogotá duro casi 24 horas en total, es verdad que queda lejos. Nos estaban esperando con el almuerzo hecho y una limonada que fue como tocar el cielo con la lengua y la garganta. La reserva queda totalmente apartada, hundida en la selva, perdida en la espesa vegetación. 
 La selva del Darien ha sido motivo de muchas leyendas debido a su densidad, a la parte más cercana a Panamá le dicen el tapón del Darien debido a la dificultad para atravesarla. Desafortunadamente ningún tapón es suficiente para el poder destructivo del hombre y el dinero. Con la llegada de la ganadería extensiva, la minería y la tala de madera indiscriminada se empezó a aniquilar bosque para remplazarlo por potreros, a dejar sin hogar muchas especies endémicas de una región favorecida por estar en la cintura de América, a destruir uno de los lugares considerados más biodiversos del planeta. En el camino nos dimos cuenta con tristeza de la línea marcada que delimita lo que es reserva y lo que es zona perdida. Durante mucho tiempo nadie hacía nada, parecía que a nadie le importaba, mucho menos al estado, que ha abandonado por completo a una región que solo ha sido carne de cañón, en donde da igual quien gobierne y ni si quiera interesa quien está de turno, porque simplemente nadie se ha presentado a hacer algo.  
 
 “Querés que te diga algo parce, no tengo ni idea de cómo es el presidente, ese man se puede aparecer en este momento a pedirme un tinto y no sé quién es. Se como se dice llamar, según lo que escucho aquí en la radio. Pero no sé cómo se ve, no tengo televisión y hace años que no compro un periódico. Hasta mejor, dónde sepa quién es no le ofrezco ni tinto a ese hp. Claro que eso nunca va pasar, el estado aquí solo nos manda bala”
El estado solo ha hecho presencia por medio de las fuerzas armadas, como buen reconciliador, a darle bala a todo lo que se mueva. Excusándose en la farsa de la lucha contra las drogas, atacan a los más vulnerables, a los que no pueden defenderse, para proteger a los que verdaderamente se benefician del narcotráfico, que están lejos de ser los campesinos.
Para resumir un poco el contexto antes de seguir con la historia en la reserva, todo empezó en los años sesenta con el boom del hippismo en Norteamérica que disparó el consumo de sustancias psicoactivas. Cantaban por la paz, por la no violencia y en contra de la guerra de Vietnam, pero a su vez desencadenaron una guerra aquí abajo que aún no ha terminado y parece que nunca lo hará. Desde entonces corre sangre y mueren miles de personas para que arriba sigan rellenándose la nariz. Estados Unidos es de los mayores consumidores de drogas del mundo y su gobierno se ha empeñado en realizar una lucha contra las drogas como política de estado. Bueno, solo contra algunas drogas porque por el ejemplo el alcohol y el tabaco son responsables de 400.000 muertes anuales en ese país, cifras extremadamente altas comparadas con las 4.000 muertes causadas por drogas ilegales, incluida la marihuana con 0 muertes reportadas. Sin embargo atacan plantaciones de marihuana, pero no de tabaco. El caso es que la lucha que desarrollaron consiste en dejar la demanda intacta mientras se ataca a la oferta.
Yendo un poco más atrás en la historia, acabada la segunda guerra mundial las 2 grandes potencias se repartieron el mundo, porque se creían los dueños del planeta tierra y nadie podía estar por fuera de sus 2 sistemas. Estados Unidos no podía meterse con los países de la unión soviética y viceversa. En esa repartición, todo América del centro y sur correspondió a Estados Unidos. Así, sin más, sin preguntarnos, sin tener en cuenta la voluntad de estos países, a duras penas dándonos por enterados, nos asignaron un dueño. Desde entonces, Estados Unidos quiso establecer todo el control económico, político y social sobre los países que le tocaron y la excusa fue el altruista propósito de protegernos de las garras del comunismo. Bajo la doctrina de seguridad nacional provocaron guerras, desencadenaron masacres, apoyaron militar y económicamente golpes de estado y dictaduras ( como por ejemplo la de Pinochet en Chile, Stroessner en Paraguay, Banzer en Bolivia y muchos más), hicieron y deshicieron lo que les dio la gana, especialmente en territorios donde tenían especial interés financiero y político en el marco de la guerra fría. Lograron sembrar el miedo contra el comunismo y junto con el miedo sembraron el odio. Siempre nos han dicho que el amor es lo que une a la gente, pero es pura mierda, une más el odio, el odio hacia un enemigo en común, el odio hacia lo que es diferente, el odio hacia lo que está afuera de unos márgenes. Utilizando estos dos factores claves de una política demagoga, de la misma forma que Hittler lo hizo en Alemania, lograron hacerle creer a toda una nación (y a varias) que todos los problemas tenían la misma causa y había que combatir a ese enemigo, justificando cualquier medio. Y bajo esa excusa, cometieron las mayores barbaridades y atentados contra la humanidad.
Pero resulta que un día el comunismo se acabó, la unión soviética se terminó y con ella se desmoronó ese enemigo común. Ya no se podía echarle la culpa de todos los problemas a algo que no existe y no se podía mantener la excusa de luchar contra alguien que ya no está. Pero todo Superman necesita su Lex Luthor, todo el que quiera jugar a ser superhéroe necesita un villano, así que había que inventarse uno. En el caso de oriente fue el terrorismo y en el de América latina fue el narcotráfico, o la mezcla de ambos, de ahí el término narcoterrorista que les gusta a muchos. Con esta nueva excusa, siguieron interviniendo militar y económicamente para imponer el control, con acuerdos como el “plan Colombia”, se utilizaron aviones de guerra, armamento y militares norteamericanos para reforzar al ejército y gobierno colombiano en esta lucha.
La parte curiosa es que gobierno y narcotráfico siempre han estado de la mano, desde el ex-presidente que le daba pista a los aviones de Pablo Escobar cuando era director de la Aeronáutica civil, hasta los alcaldes de pequeños pueblos. Drogas = Dinero = Poder = Gobierno. ¿Entonces están luchando contra ellos mismos? Es ahí donde juegan papel importante los paramilitares, encargados de hacer el trabajo sucio del gobierno, para que este pueda lavarse las manos. Desde la masacre de las bananeras en la que el propio estado asesinó miles de trabajadores para proteger los intereses de la United Fruit Company en 1928, el gobierno y paramilitares han cometido innumerables mascares y crímenes contra la humanidad (como la masacre del aro y la operación orión, entre muchas), eliminando todo lo que sea un obstáculo para sus negocios, entre ellos acuerdos con multinacionales y por supuesto, narcotráfico. Actualmente eliminan a todo líder social o ambiental que promueva la sustitución de cultivos o que se oponga a la economía extractivista. El vínculo entre el estado y el paramilitarismo siempre ha existido y el del paramilitarismo con el narcotráfico es cada vez más evidente, de ahí los términos parapolítca y narcopolítica.
De esta forma, en los territorios donde potencialmente hay droga como en el Chocó, aparecen todos los grupos armados y de una u otra forma obligan a la gente a trabajar para ellos, haciendo prácticamente imposible el vivir al margen y dejando al campesino entre la espada y la pared. Ya no hay diferencia entre uno el otro porque saben que todos quieren lo mismo. Algunas veces se colaboran entre ellos, otras veces se atacan. Para muchos habitantes ha sido evidente que justo el día en que algún grupo está realizando un desembarque o un desplazamiento, el ejército súper reforzado tecnológicamente, justo ese día no está , se cortan las comunicaciones y misteriosamente se salen con la suya. Pero al otro día ya se están dando bala de nuevo todos contra todos y así, ya nadie sabe para quien trabaja.
La mayoría de habitantes del Chocó son familias numerosas con varios hijos, conviven con tíos, suegros, primos-esposos o ex-parejas y con cualquier cantidad de problemas sociales. Acoso sexual, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, desnutrición, embarazos no deseados… La mayoría causados o al menos empeorados por la pobreza, la falta de educación y el abandono total de un país del que solo hacen parte en las cifras y en las votaciones. Esto se ve reflejado por ejemplo en el nivel de analfabetismo que es de los más altos del país llegando hasta 65%, o por ejemplo que para muchos el método de planificación es ir donde un chamán a que les haga un rezo para no quedar embarazados (evidentemente no ha funcionado) y no tienen la culpa directamente porque simplemente nunca han visto algo distinto, así crecieron sus padres y así los educaron a ellos
 “Vos no me vas a creer porque esto si es pa' echar caja home. Aquí la telefonía se demoró mucho en llegar, todo el país ya estaba hablando por celular mientras que aquí no había ni una antena. De hecho como te podrás haber dado cuenta, aún hoy solo hay cobertura en algunos sitios, en la mayoría no hay señal. Yo por eso tengo celular desde hace muy poco tiempo, tengo está flechita y porque me la regalaron. Y si no había señal de teléfono mucho menos internet para hacer esas pendejadas que hacen ustedes lo jóvenes. ¿Y podés creer que aún así había gente que tenía blaveri (blackberry) ? y para que se te haga más raro aún, gente que no sabía leer ni escribir. Es que el ser humano es muy raro parce, ¿pa’ qué carajo va a querer uno algo que no le sirve pa’ un culo? Y es que si la telefonía se demoró mucho en llegar, la salud y la educación si que ni han llegado...
No hay escuelas públicas en muchas regiones del chocó, el hospital más cercano queda a horas de camino a lo que se le suma que se necesita dinero para los pasajes, en particular los de lancha son demasiado costosos (más de 25 mil pesos la hora de trayecto). Hay gente que no ha vuelto a ver a su familia si se fueron a vivir a otro lado, porque simplemente no tienen para pagar 2 trayecto de lancha. Crecen sumergidos en una realidad de la que parece imposible escapar y se termina repitiendo el círculo, causando que de una u otra manera terminen involucrados en el conflicto armado. Algunos se incorporan por intereses propios, otros por necesidad y otros por obligación. Si a un campesino le dicen que si siembra coca le van a pagar más 100 veces lo que gana que por sembrar plátano o cualquier otra cosa, probablemente lo terminará aceptando no porque sea codicioso, sino porque tiene hambre, familia y a todos hay que alimentarlos. No siembran coca o marihuana porque les guste en particular, si un kilo de aguacate costara lo mismo que un kilo de coca, pues sembrarían aguacate, porque de eso viven, de trabajar la tierra. Pero en este sistema económico no se le da al campo la importancia que merece. Sumado a eso está el agravante de que si se niegan los matan o matan a su familia, no hay opción. Es esta misma falta recursos la que lleva a que muchas familias decidan mandar a sus hijos a algún grupo armado, llámese ejército, guerrilla, paramilitares, narcos o el que sea, por la simple razón de que ahí le van a garantizar por lo menos un plato de comida al día, cosa que ellos no pueden. Así la pobreza sigue causando más violencia y la violencia más pobreza y se repite el círculo, cada vez más grande. Mientras que los que verdaderamente se benefician están en el gobierno o en Miami o en cualquier parte tomando whisky y drogándose, la gente del campo sólo pone la mano de obra y los muertos.
¿Sabés cuál es la diferencia entre los milicos y los guerrillos? Que cuando vienen a pedirnos que les hagamos comida, digamos un sancocho de gallina, los guerrillos nos pagan la gallina aunque sea menos de lo que vale, los otros no. Y si te negás ¿qué pasa? Te acusan de ser colaborador de la guerrilla, o de los paracos, o los paracos te acusan de ser guerrillero o los guerrillos de ser paraco. Da igual, en cualquiera de los casos no se vive para contar el cuento. ¡Agh! parce, lo único que nosotros queremos es que no nos jodan la vida, que nos dejen en paz, que se pueda confiar en la gente...
Mirá, te voy a contar una historia: una vez llegó un man así todo entrador al pueblo, era un tipo de negocios y trajo el negocio del siglo, iba a construir un aeropuerto. ¿Vos lo podés creer? Jajaja, en un pueblo donde a duras penas hay terminal de buses, el tipo iba a construir un aeropuerto, llegó con planos, estadísticas, no sé qué y con unaaa labiaaaa hermano que decía que construir el aeropuerto era lo que iba a traer desarrollo y prosperidad a la región. Y como ya te había dicho parce el ser humano es muy raro o la gente es muy pendeja o yo no sé qué putas pasa, el caso es que los logró convencer. El tipo se empezó a volver íntimo de la gente y pa' aquí y pa' allá de un lado pal otro con el uno y que con sutanito y con fulanito, se ganó la confianza de toda la gente. Pero una noche, una noche cualquiera, no había pasado nada en especial ni nada, una noche haga de cuenta como la de hoy, todo el mundo en sus casas con sus familias. Llegaron los hombres de uniforme, los innombrables, con todo su arsenal y empezaron a quemar casas sin importarles nada. Las casas que quemaban eran las que les indicaba un encapuchado que los acusaba de ser cómplices, cómplices de qué no sabían muy bien, pero si le señalaron la casa, ahora ya es ceniza. ¿Sabe cómo pillaron al tipo? Por las botas, no resultó ser tan inteligente la lumbrera esa. En el pueblo solo hay 2 marcas de botas y la gente se conoce las suelas, las del tipo ese eran importadas. De nada sirve taparse la jeta si se deja la huella en el piso, cualquiera que ha vivido en la selva sabe eso, así cazan los animales, pero un bobo de esos solo sabe hablar mierda.
Vea, otra vez llegaron unas lanchas a la playa todas apuradas que porque los venían persiguiendo que ya los habían pillado y tales. Empezaron a botar cargamento en la playa y le decían a la gente que si se los guardaba, que luego pasaban por eso y les iban a dar un millón de pesos por cada kilo. Ahora, un millón no es nada pa’ un narco de esos, pero para el que trabaja son 2 o 3 meses de trabajo y la gente se ilusiona. Pasaron los días y volvieron y que tenían que aparecer todos los kilos o no le pagaban nada a nadie, y el número que dijeron que dejaron era el que ellos decían porque pues ellos lo decían y eso no estaba completo, punto. Y ay del que se atreva a alegar, ya sabe qué le pasa. En fin, yo no sé a dónde vamos a parar parcero.
¿Que yo cómo llegué aquí? No tengo ni puta idea jajajaja. Una vez vine de paso y ya llevo aquí más de 30 años. Fue una época difícil y muchas cosas se me empezaron a presentar. Yo fui rockero, vieja guardia, usted sabe y en ese entonces eso era una novedad. Pero empezaron a decir que los que nos dejábamos las mechas largas éramos satánicos, drogadictos, comunistas, maricones y no sé qué más se inventaban. Y la gente que es bien bruta pues les creía y en un sitio tan conservador como era pues ponían a toda la comunidad en nuestra contra solo por cómo nos veíamos. Luego empezó a haber rollos con la policía, vos ibas andando y te requisaban, te culpaban de cualquier maricada y cosas así. Un día me mamé y un parcero me dijo que necesitaba ayuda para levantar una casa y trabajar en el campo y pues de una, así fue y acá me quedé. Me gustó la vuelta, me enamoré de la selva, de la libertad, de la naturaleza, de que nadie me joda, de tener mis propias cosas, de estar como en mi rollo tranquilo.
¿Y vos qué estudiaste o qué? A mí me hubiera tramado estudiar antropología o sociología o algo así que estudian como el comportamiento del hombre y vueltas así, porque ush parce yo no sé cómo hacen para entender eso, yo miro y miro cada vez entiendo menos porqué la gente se comporta así, por qué las cosas tienen que ser de esta manera. Desde cosas grandes como llegar a matar a un hermano a cosas sencillas de la vida diaria. Por ejemplo eso que te decía de comprar cosas que no sirven para nada, a mi esa vaina no me entra en esta mula. Vea, un ejemplo sencillo, digamos hay gente que para hacer un sancocho de gallina, le tiene que echar un cubo de esos maggi, que porque si no, no sabe a gallina. Jajajajjaja no jodás hermano, si vos le estás echando una gallina entera y no sabe a gallina entonces ¿a qué putas va a saber? Jajaajajja se apegan a unas cosas todas extrañas parce. La gente es muy rara o yo soy el raro, no sé jajaja. Supongo que por eso vivo solo, bueno solo no, estoy con Zeus que es más cuerdo que muchas personas y además de él estoy con un poco más de seres vivos, estoy rodeado de micos, pájaros, culebras, árboles, arañas, mariposas… ellos también, como yo, derecho a su casita, su comida y estar en paz, yo no soy más que ellos, no sé por qué eso no lo entiende la gente. Y bueno, está muy buena la conversa y todo, pero tengo que trabajar, porque nadie me va a venir a darme la comida en la boca. Un gusto parcero. ”
 Pero así parezca tierra de nadie, así ningún gobernante haga presencia, ni tramiten leyes para proteger la naturaleza, que aunque existieran tampoco servirían de mucho ya que toda ley tiene un precio y pagando una suma de dinero se puede violar. Así como pagan sus permisos las mineras y petroleras para contaminar ríos, acabar páramos y destruir selvas. Así como todas las leyes, no son para todo el mundo, sino solo para los que no tienen dinero, por eso los dueños del mundo siguen haciendo lo que se les da la gana, lo único que interesa es cuánto vale y cuánto dinero se gana.
Aun así, hay gente a la que sí le importa, que todavía no tiene esa manía de ponerle precio a todo para dejarlo sin valor, mucho menos a la vida. Hay gente que sí hace mucho y al ver la situación, personas particulares se empezaron a agrupar y comprar tierras simplemente para protegerlas, para no dejar que la “civilización” convierta todo en un recuerdo. Así nació la reserva y por gente así, ya lleva existiendo más de 30 años, cada persona que ha pasado ha puesto su granito de arena para seguir haciendo realidad lo que hace unos años para unos sonaba imposible. Y de la misma forma como nació Sasardí, surgieron otras reservas y fundaciones con diversos modelos, se empezaron a recibir donaciones, a organizar, a trabajar con la gente de la región y a proteger la tierra. Hoy en día existe el parque nacional Darién que es una área protegida pero perteneciente a Panamá con 570.000 hectáreas, se acaba en los límites con Colombia en donde actualmente solo existe el parque natural Katios con 72.000 hectáreas protegidas.
 
 La reserva ha logrado tener un impacto enorme en la región trabajando con comunidades locales, en conservación de especies endémicas, educación de los niños, manejo sostenible de los recursos, re-forestación, implementación de sistemas cartográficos y monitoreo de bosques, mejoramiento de condiciones y calidad de vida de las familias campesinas e implementación de proyectos artísticos promotores del trabajo artesanal local. Afortunadamente la reserva ha conseguido mantenerse al margen del conflicto lo cual ha permitido durante muchos años que preste servicios turísticos entre los cuales se encuentran visitas guiadas, avistamiento de flora y fauna, charlas históricas, ambientales y culturales; talleres de artesanías y programas de voluntariado.

 Fue la primera Ecoaldea de Colombia y desde entonces han surgido varias similares, todas con el mismo propósito de lograr un estilo de vida más sostenible y más amigable con nuestro entorno. Como un caso en concreto de éxito, lograron conservar las tortugas carey y canaá que estaban amenazadas por prácticas de caza indiscriminada, siendo de los pocos lugares en el mundo donde desovan. Actualmente, gracias al trabajo realizado con las comunidades, existe el festival de la tortuga en épocas de semana santa, cuando las tortugas arriban a la playa a dejar sus huevos y es un atractivo turístico y científico del que se benefician los habitantes locales. Se han hecho trabajos de educación con los niños entre los que se incluye ecología y biología para que conozcan y valoren el paraíso en el que viven. Muchos conocen diversos animales porque crecen con ellos y se saben leyendas que les atribuyen dones sobrenaturales con las que aprenden por ejemplo cuáles no se deben comer por ser nocivos para el humano. Se ha logrado implementar el sistema de baños secos en los que se separa la materia fecal de la orina, para utilizarla en la fabricación de abono, en vez de la práctica tradicional de arrojar todos los desechos al río en donde unos metros más abajo coge agua el vecino. 
 Estábamos 7 voluntarios de distintas nacionalidades y edades, lo cual hacía el ambiente mucho más íntegro y divertido. Un día normal en la reserva empezaba al salir el sol a las 6 de la mañana, nos levantábamos a hacer yoga y tomar un café antes de empezar con el trabajo. Todos los días se repartían las actividades en grupos de trabajo que iban cambiando diariamente. Entre las labores se incluía cocinar, construcción y mantenimiento del albergue, trabajo en la huerta, construcción de escaleras, recolección de alimentos, carpintería, siembra y cosecha. La primera jornada iba hasta el desayuno y luego una segunda jornada hasta el almuerzo, el cual se anunciaba tocando una caracola. La alimentación es vegetariana y tratando de utilizar al máximo los productos locales, la rotación de gente en la cocina logra innovación todos los días con sabores y recetas de distintos lados. La cocina cuenta con una estufa de leña, que les da un sabor increíble a las comidas. También se cuenta con estufa de gas, pero llevar el cilindro de gas hasta arriba es toda una odisea. 
Las tardes las teníamos libres para descansar, bañarse en el pozo, ir al río, caminar, leer, escribir, realizar actividades artísticas como pintar o tocar música. Cuentan con una biblioteca en la que hay todo tipo de libros, pero sobre todo hay varios relacionados con bioconstrucción, fauna y flora locales, historia y cultura de la región. En las noches aprovechábamos para hablar, compartir experiencias y reírnos. Tuvimos la fortuna de coincidir gente muy a fin, cada uno con su propia historia, muchas cosas que enseñar y con los cuales a la luz de unas velas tuvimos charlas en las que compartimos nuestros sueños, frustraciones, deseos y sentimientos. A la semana hay 2 días libres en los cuales se puede bajar a la playa (donde hay internet), conocer otros sitios o visitar vecinos, todos muy amigables y atentos. 
 
 
 Fue uno de esos lugares que me dolió dejar y que siempre recordaré como una de las mejores experiencias de mi vida, por la gente que conocí, la magia del lugar, las historias con las que me encontré, su encanto natural y su historia. También porque me dio un poco de esperanza en que una mejor forma de vida sí es posible y que aunque la mayoría de la gente está sumida en el consumo, en ganar dinero como sea, con aspiraciones que no van más allá de comprar algo, que viven en una burbuja de entretenimiento, en un letargo y que creen que el mundo como funciona está bien...la esperanza está en los pocos que no. 
 
Cuando iba de regreso y estaba esperando la lancha en el muelle, conocí a un profesor que también estaba esperando para devolverse. Ya era un poco mayor, ya se había pensionado hace varios años pero sus anteriores estudiantes lo seguían buscando para que los ayudara y aconsejara en sus proyectos. Era profesor de biología Marina en Antioquia y había ido a Triganá para ver un proyecto de intervención en peces (el viajecito no es corto, como se pudieron dar cuenta). En el camino me contó varias historias de lo difícil que fue trabajar en la región, de realizar investigación en un departamento con tan pocos recursos y afectando los intereses personales de algunos. Me contó de todas las veces que se sintió mamado y que estuvo a punto de renunciar a la universidad porque ya estaba afectando demasiado su vida personal. “Pero me di cuenta que mi vida es el mar y a eso no se puede renunciar y tampoco pensionar”. Es de esas personas que vale la pena conocer y que aunque uno solo haya coincidido un par de horas con él, piensa que, si en el mundo hubiera más gente así, sería un lugar mejor. 
 

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