Murales Favoritos



En esta sección quiero mostrar una de las cosas en las que más me fijo cuando viajo a un lugar: sus grafittis, murales y pintadas. Esta es una lista de los que más me han gustado de algunos sitios donde he estado. No necesariamente me gustan por su calidad artística si no por la forma como muestran la realidad de la gente que habita esas calles. Desde las composiciones más impresionantes hasta los rayones más básicos, las paredes pueden contar historias que no se encuentran en los museos, ni en los libros, historias narradas por personajes que no aparecen en la televisión, que no los entrevistan en la radio, que no escriben un artículo en un periódico, pero que sí tienen mucho que contar y que lo hacen por medio de la mano invisible. Los muros son la voz del pueblo que no tiene voz, pero que tiene algo que gritarle a todo aquel que recorra esas calles. Desde las dictaduras más horrendas hasta en los tiempos de tranquilidad, las paredes han sido el papel de la gente que no tiene otro medio para expresarse, han sido el lienzo de esos artistas que no necesariamente son famosos, que no están en la galería de un museo, ni reciben grandes cantidades de dinero, que sus obras no cumplen un fin netamente estético sino que logran remover el alma del que las contempla y nos deleitan de forma gratuita en la cotidianidad de la vida o en un recorrido por la ciudad.

Los muros tienen memoria, los pintan, los borran y los vuelven a rayar, pero siempre tendrán algo que contarnos. Ese dinamismo también le da un encanto a los murales, no son estáticos como un cuadro en un museo, van cambiando con la ciudad y con sus habitantes. Algunos de los murales que mostraré acá probablemente ya no existan, ya habrán sido borrados o remplazados por otros. Lo importante es que en el momento lograron no solo hacer que me detuviera a tomar una foto, si no que me parara frente a ellos a pensar, a conmemorar hechos históricos, a recordar canciones, a reflexionar y a abrirles un espacio en mi corazón y memoria.

Hasta aquí las sonrisas - Bogotá, Colombia


Empiezo por mi cuidad natal, la cual está llenísima de murales, graffitis y pintadas que cuentan historias de la realidad del país y que reflejan las ansias de un pueblo que quiere ser escuchado. Sus mensajes contundentes hacen que no pasen desapercibidos por los transeúntes y que algo se lleven en la cabeza. Algún alcalde pusilánime los ha prohibido, los ha mandado quitar o para quedar bien, ha hecho que se remplacen por unos de colores bonitos que no incluyan mensajes de protesta ni crítica. Se seguirán borrando y se seguirán prohibiendo, pero mientras la ciudad siga estando habitada, seguirá estando rayada. Porque la voz del inconformismo es una voz que no se calla con censura y porque la memoria de lo que ha pasado no se borra como quien borra una pizarra.

Hay muchísimos artistas destacados en este ámbito y demasiados murales con historias increíbles de fondo. Pero de tantos existentes escogí este porque el personaje al que le hace homenaje, para mi es de los más grandes de la historia Colombiana. También porque es un mural muy dinámico que ha sido intervenido varias veces, en cada una de ellas influenciada por el contexto por el que atravesaba el país. También ha sido mandado borrar (como al personaje que le hace homenaje) y así como este, existen y existirán más por la ciudad.

Jaime Garzón, periodista y humorista colombiano que por medio de la comedia criticó las barbaridades del gobierno y que utilizando un lenguaje irónico quiso abrirle los ojos al país. Ese fue su delito, hablar de más en un país donde ni siquiera se puede hablar, ser libre pensador en un país de censura. Lo mataron a plena luz del día y en plena capital, para que no quedara duda de que sus asesinos no tienen porque esconderse, ya que son los que están en el poder y hacen y deshacen a su antojo. Su muerte sigue impune y el sistema que criticó y que lo asesinó, sigue estando vigente. Para este grande, cualquier mural en su honor quedará pequeño. En el lado derecho se lee la frase que pronunció el presentador del noticiero el día que mataron a Garzón y que sigue estando latente: país de mierda.


“Este país se escandaliza porque uno dice hijueputa en televisión, pero no se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosnas. Eso sí no, eso es folklore”. Jaime Garzón


Mural por la memoria – Corrientes, Argentina


Es de esos murales que me deja el corazón helado y varios minutos sin poder pronunciar palabra. Está dedicado a las madres de la plaza de mayo y lo que más me impactó fueron las bolsas que llevan las mujeres en la cabeza. Estas se le ponen a los muertos o cuando a alguien lo van a ejecutar. Ellas están muertas en vida porque lo que una madre más quiere en el mundo se lo arrebataron, les quitaron a sus hijos, los desaparecieron cruelmente en manos de una dictadura que pretendía no dejar rastro. Ahí la importancia de los murales en la memoria de los pueblos, para que siempre quede rastro de lo sucedido, para que las nuevas generaciones no lo olviden y no permitan que la historia se vuelva a repetir. Es un mural cargado de dolor y tristeza, pero también de resistencia y de amor. Del amor más bonito que puede haber, el amor de una madre.

Seguramente habrá más murales en memoria de las madres de mayo y espero que se sigan haciendo más alrededor de todo el mundo, hasta que no haya más desaparecidos, hasta que no hayan más dictaduras, hasta que no hayan más crímenes de estado. En honor a todas esas madres muertas en vida que el único motivo que encuentran para seguir viviendo es que no las borren de la memoria, ni a ellas ni a sus hijos.



"Los militares no lo hicieron solos. Estados Unidos tuvo que ver con el apoyo, cuando nos decían «el plan económico tiene que ver con la desaparición», nosotras decíamos «qué tiene que ver un plan económico con el salir a matar a la gente». No entendíamos, al principio, y aprendimos que sí, que tiene que ver, que mató y mata y va a seguir matando. Y nos opusimos, y gritamos y peleamos". Hebe de Bonafine


Homenaje a eskorubto – Santurtxi, País Vasco

Iba caminando por Santurtxi en busca de la placa conmemorativa de Josu cuando me tropiezo con este pedazo de mural e inmediatamente mi cabeza dio play a todas las canciones de eskorbuto que me gustan y que fueron parte de la banda sonora de mi adolecencia. Está hecho en mosaicos y fue realizado por la comunidad cuando el ayuntamiento retiró los restos de Josu del cementerio de Santurtxi. Al igual que las canciones de eskorbuto, es más importante el mensaje que la forma. No es una muestra artística de talla internacional, ni un Van Gogh o un Banksy, es simplemente el grito desesperado de una música que nació en las calles como forma de resistencia ante un sistema y que sigue sonando en el mundo entero.

Un homenaje a estos locos que fueron precursores del “rock radical vasco”, “punk ibérico” o simplemente una música sin género, una música de rebeldía que trascendió en el tiempo y transgredió fronteras hasta llegar a los oídos y el corazón de un adolescente latino del siglo XXI. Hasta siempre Josu, hasta siempre eskorbuto.




"Creéis que todo tiene un límite y así estáis todos... limitados" Eskorbuto.


Niños en guerra – Valparaíso, Chile


Ciudad de mil colores, ciudad completamente pintada, las paredes, los andenes, las tejas, los tubos, las ventanas, las puertas, los barrotes, los tanques, las esquinas, las escaleras, las barandas, los suelos, las alcantarillas... no hay un rincón de Valparaíso que no este rayado. Hay graffitis hermosos inspirados en obras literarias, otros que muestran un pedazo de la cultura chilena, unos enormes que ocupan varias fachadas y otros diminutos que hay que acercarse para verlos. Es la segunda ciudad más graffiteada de Sur America después de Sao Pablo, desde artistas locales hasta grandes artistas internacionales han dejado sus obras plasmadas en esta ciudad y seguramente habrá varios blogs y páginas dedicadas a los graffitis de Valparaíso.

De la inmensa cantidad que hay, me impactó uno en particular porque muestra a dos niños encadenados disputándose una manzana a piedra, papel o tijera, mientras en el fondo unos aviones bombardean la ciudad. Me recuerda la inocencia de ser niño y a la vez el horror de crecer, de crecer encadenado, de crecer en un mundo en guerra. El horror de vivir en un mundo en donde no es posible vivir en paz, sino que el único camino es luchar por sobrevivir. Donde cada día muestran más la supervivencia del más violento y las cadenas que nos imponen desde niños. Tal vez la esperanza de un mundo menos peor está en que seamos más infantiles y menos adultos.



"(..) y una luz iluminó
el rostro que yo mataba.

Era mi amigo José
compañero de la escuela
con quien tanto yo jugué
a soldados y a trincheras.

Ahora el juego era verdad
y a mi amigo ya lo entierran
madre yo quiero morir
ya estoy harto de esta guerra"

Anónimo.

La Gaitana – San Agustín, Colombia

Con muchos detalles y cargado de simbología, relata una historia de resistencia, venganza y lucha. Es la historia la cacica Guatipán o “la Gaitana” como le decían los colonizadores españoles que asesinaron a su hijo por no querer someterse a sus imposiciones. Pedro de Añasco lo quemó vivo frente a ella y frente a todo su pueblo, para infundir el terror y mostrar el castigo que les esperaba a los que se negaran a obedecerles, a los que se negaran a regalar sus tierras a un invasor, a los que no estuvieran dispuestos a rezarle a una cruz de palo, a los que se opusieran a ser esclavos de por vida, a los que se negaban rotundamente a vender su dignidad.

La Gaitana no tenía miedo, porque ya lo había perdido todo, ya no le podían quitar nada más, lo único que le quedaba era vengar a su hijo y a su pueblo. Organizó a los Yalcones quienes eran muchos menos en número y no tenían armas de fuego como sus enemigos, pero estaban llenos de rabia, de esa rabia que provoca la injusticia, de ese odio que genera el ser oprimido. Lograron vencer a los españoles encargados de colonizar la zona y la Gaitana se vengó de Pedro Añasco . Le sacó los ojos y lo ató con una soga al cuello, paseandolo por todo el pueblo hasta matarlo. Lograron mantener la resistencia indígena varios años, pero finalmente el monstruo colonizador terminó venciendo.

Entre tantas cosas, en la pintura se ve la cabeza sin ojos, la soga, las llamas, el hijo, los muertos, el dolor, la rabia, la invasión... y en el suelo se ve un jaguar muerto debajo de un español. El jaguar es un animal sagrado para muchos pueblos indígenas y parte fundamental de su cosmovisión, junto con la serpiente que también esta representada en la espalda de la Gaitana dándole fuerza. El jaguar está muerto porque murió un pueblo, su legado, sus tradiciones, su sabiduría, sus creencias, su memoria, su cultura...junto con el jaguar murió la resistencia que quedaba.

Hoy, casi 500 años más tarde hablamos la lengua del invasor y el catolicismo es la religión dominante en el continente, aún después de haber logrado la independencia. La dignidad nunca se recuperó y aún seguimos entregados al miedo y sumisos ante los poderosos que lo infunden. En los colegios nos enseñan a rezarle al dios en cuyo nombre se cometieron todas estas barbaries y nos enseñan historia “universal” pero no estas historias. No las historias de donde vinimos y quiénes eramos antes de ser lo que nos impusieron, antes de ser lo que otros decidieron que fuéramos.



"Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: «Cierren los ojos y recen». Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia". - Eduardo Galeano

La luz de la esperanza - Vitoria, País Vasco


Hay murales hermosos y llenos de historias y significado en esta ciudad. Este en particular fue el que más me gusto, no solo porque fue el primero que se me atravesó en el camino mientras caminaba por las calles, sino por el lenguaje de colores que utiliza. Los prejuicios, injusticias y desigualdades en colores fríos están siendo iluminados por los colores cálidos de la luz de la esperanza. Y en todo el centro una balanza completamente equilibrada nos da la ilusión de lograr algún día un mundo más justo, con menos desigualdad y sin prejuicios.



"Cambiar el mundo amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia" - No es de Cervantes

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